Alguna vez escuché: «Todo parto es maravilloso, no debe de haber comparaciones». Para algunas mujeres como yo, ¡no! Nos arruinaron la forma de pensar en parir con amor, parir sin miedos, parir sin gritos; yo quería experimentar el amor al dar a luz a mi hija, no quería experimentar una cruel violación de mi cuerpo, de mi intimidad. Me arrebataron las ganas de querer un parto natural y me llevaron a un parto con dolor, desesperación y miedo.


¿Porteo? ¿Con qué se come? ¿Nuevo baile?  No es un nuevo baile de moda, no es una comida exótica. Porteo es una forma de crianza donde llevamos a nuestros hijos encima de nosotros. ¿Encima? Claro, desde nuestros antepasados se creó el porteo como una forma de poder organizarse en el trabajo de la casa o campo y, de esa manera, protegían a su bebé o niño de los peligros a su alrededor. Sin embargo, actualmente, se utilizan los portabebés para paseos y no solo lo utiliza la mamá, también papá portea.

Gracias por la aceptación de muchas mamás que nos escribieron  y desean una segunda convocatoria http://upaparados.blogspot.com/2014/07/gran-convocatoria-fotografica.html
Añoro esos días de ensayo de baile (aunque no lo crean, bailaba) exactamente a las 7 p.m., esos días en que Papá Pulpo me recogía y nos dirigíamos a comer un rico pollo a la brasa (el comer era dejando un día  ) o nos quedábamos largo rato conversando con nuestro grandes amigos (ya casados y que pronto tendrían a nuestro gran sobrino). Al día siguiente, me despertaba temprano para ir a trabajar. En la tarde, a veces, cuidaba a mi gran sobrina o de repente salía.
Llegó el cuarto miembro de la familia . Como les conté, me sentí feliz, emocionada, pero el lado amargo de mí sabía que no disfrutaría con mi hija mayor esos momentos de mamá e hija, tendría que compartir mi tiempo. Es difícil, imagínense, dar teta y dar de comer, o tener que mirar a la hermana mayor. Mientras cambio el pañal, tengo que ver que ella no haga travesuras, y así les puedo contar un sinfín de cosas.
Llegó un mensaje o inbox de una amiga mamá desesperada, que me cuenta: «Hola, Mili, mi hija de 4 meses tuvo control de niño sano y me han dicho que está baja de peso, que debería darle fórmula, que mi leche no le sirve. Quedé mal, sentí que hacia mal las cosas con ella, no sé qué hacer».Me destrozó su mensaje. Yo también alguna vez lo escuché, porque la Hermana Mayor desde que nació fue pequeñita y delgadita (hasta ahora).

Me encanta MOMO por sus frases y por el frescor de la tela. Liliana Herrera, Gerente General de MOMO, nos escribió sobre la historia de su empresa.


«MOMO surgió básicamente de dos inquietudes principales. La primera es que hasta que no nació nuestro hijo, no nos habíamos dado cuenta de las pocas ofertas que había en el mercado de polos para “niño”, que fuesen originales y con diseños divertidos. La segunda, queríamos darle salida a nuestra creatividad, porque tanto mi esposo (arquitecto) como yo (creativa) disfrutamos cuando nos ponemos a imaginar algo y luego verlo materializado... se convierte en algo completamente mágico para ambos. MOMO representa a los reyes de la casa, a ellos les debemos todo nuestro esfuerzo para conseguir

Te tengo en mis brazos, nos miramos y me das una sonrisita tierna. Somos cómplices en estos momentos, somos uno solo en estos instantes. Amo tus caricias, sobre todo cuando me quedo dormida, tu manito llega a mi ojo y los intenta abrir. Intentas decirme: «¡Despierta, aquí estoy!» Ahora te digo que sí sé que estás ahí, que tu corazoncito late junto al mío. Que sueño contigo, que tu felicidad es la mía, y más aún: tu bienestar es mi alegría completa.
Súper bebé y su almohada: inseparables desde la hora de la teta hasta para sentarse o ponerlo boca abajo. Algunas de ustedes tienen una almohada de lactancia, yo tengo dos. Una es de la Hermana Mayor, con color típico de mujer: rosado.
Como ella está en la etapa del «mío»,  no me quedó otra que comprarle a Nico su almohada.