Un día cualquiera, un día más... te despiertas con una gran sonrisa pasando a mi lado para seguir durmiendo. Cuando leas seguro entenderás todo lo que hemos pasado durante tus primeros años.
Necesito ahora más paciencia, a veces, se agotan, y siento que no puedo más, que me voy a caer y no podré controlar mis sentimientos. 
Me frustro, como tú, a diferencia que eres pequeño, no sabes controlarte y eso muchas personas no comprenden y te etiquetan de difícil, malcriado, hasta agresivo. Sí, necesitamos ayuda y sobre todo apoyo que me digan que todo lo que pasas es de momento, que crecerás y las cosas serán más fáciles.
Eres un buen niño y eso siempre te lo he dicho, que tú no harías daño a nadie, que eres un niño de buenos sentimientos, tan sensible como mamá. 
Todo este tiempo no ha sido alegría, he rogado paciencia para un nuevo día, tratar de estar al pendiente de lo que necesites y tener la calma suficiente para explicarte las cosas. No es fácil criar a un niño de dos años o más, no es fácil tener que lidiar con Nicolás; pero es fácil amarlo con esa sonrisita cuando hace sus travesuras o quiere que papá y mamá lo vean.
Mis mañanas contigo son lindas, y siempre recordamos lo bonito que hemos pasado para que puedas tener una excelente tarde. 
Estas semanas han sido para mí cansadas, cansancio mental como diría tu papá, viendo qué hacer y no hacer, para no caer. Entiendo que no eres igual que tu hermana y con ningún niño del mundo. Eres único, con una personalidad distinta y por eso te amamos, sí te amamos demasiado, eres nuestro Niquito. 
Tengo que ser sincera, la crianza ha sido difícil, me he encerrado en el baño para no escuchar tus gritos, me he tenido que meter a la ducha  para relajarme, me he sentido completamente sola en muchas veces casi el 90% he sentido que todas las mamás que conozco hacen las cosas mucho mejor que yo, he sentido que no soy la mamá que te mereces, me he sentido la peor de todas, he sentido que te he fallado en muchas oportunidades; pero mi amor por ti es más grande, que me he levantado en cada instante y he corrido a abrazarte, decirte que te amo, que eres lo que soñé siempre.
Te he pedido mil veces perdón, desde que amaneces hasta que duermes, y siempre diré con orgullo que soy la mamá de Nicolás y te amo con toda mi alma.